A veces se plantea la cuestión de quiénes son los educadores de los chicos, los profesores o los padres. Ambos tienen campos de actuación distintos y complementarios en la educación de los muchachos. Los padres educan al chico en cuanto es persona, los profesores en cuanto es estudiante y en el futuro será un profesional.
Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos por dos razones:
a) En la familia se da la mayor proximidad entre el educador y el educando y los padres, por estar más próximos del niño que tiene derecho a ser educado, son los responsables y titulares del derecho y deber de educar.
En la familia no sólo hay proximidad física, al convivir bajo el mismo techo, sino también proximidad biológica, al participar con Dios en la generación de los hijos, y proximidad espiritual al convivir y participar de la intimidad como personas. Con esto podemos concluir que la familia es el mejor ámbito para educar.
b) La segunda razón es que la educación es el complemento natural de la generación de los hijos. El padre es principio de generación, educación, disciplina y de todo cuanto se refiere al perfeccionamiento de la vida. (Santo Tomás de Aquino).
La tarea de los padres empieza en la concepción del hijo y se prolonga su labor educadora durante toda la vida. La educación es la ayuda que se presta al hijo para que llegue a ser persona y desarrolle sus capacidades intelectuales y morales. “Educar el alma, educar el espíritu, educar los sentimientos, educar el carácter… son los deberes y el fin de la educación. (Dupanloup).
La educación se logra fundamentalmente con el trato entre personas. El padre ayuda como persona y el hijo recibe esa formación como persona, no como estudiante ni como profesional.
En la familia los chicos descubren y viven los valores humanos y muchas veces los cristianos que dan sentido a la vida.
Pero los chicos reciben otros estímulos educativos de los colegios, la televisión y la sociedad que que no deben ir en contra de la formación familiar.
Los colegios son complementos educativos de la familia. Su misión es ayudar a los padres en aquellas materias o asignaturas donde éstos no pueden llegar. Los profesores deben compartir con los padres la responsabilidad de educar a los chicos y en muchas ocasiones concienciar a los padres de que son ellos los primeros y principales educadores y que la colaboración entre la familia y el centro es una responsabilidad compartida.